LA HISTORIA DEL DIOS SON GOKUH
CAPITULO IIPero no tuvo oportunidad de averiguar nada, pues alguien le golpeó por la espalda dejándolo inconsciente.
Cuando despertó se encontraba tumbado en una cama y alguien le observaba.
- ¿Dios?, ¿Eres tú?.
- Vaya Gokuh, ya has despertado. Tuve que poner toda mi fuerza en ese golpe para dejarte inconsciente. Aunque te aseguro que no creí que fuese a lograrlo- dijo riendo.
- Tú…pero, ¿Por qué?- estaba confuso, ¿Dios atacándole?. No entendía nada.
- Tranquilo Gokuh, te responderé a todas tus preguntas, pero antes quiero que veas algo.
Dios comenzó a alejarse de él y Gokuh dudó si seguirle. Bastante confuso se levantó y vio como se acercaba a unas tinajas de madera.
- ¡Vamos Gokuh!, acércate.
Cuando Gokuh llegó hasta él, Dios le señaló las tres tinajas que tenían ante ellos.
- Las recuerdas, ¿verdad?.
- Si. Son las tinajas mágicas de Karin- Gokuh miró a su alrededor, no había tenido tiempo de ver donde se encontraba. ¿Estaría en la torre de su viejo amigo Karín?.
- No, no estamos en la torre de Karín- dijo Dios como leyéndole el pensamiento- aunque también estuviste en este sitio, una vez.
Gokuh volvió a mirar hacia todos lados, en busca de algo que le recordase aquel lugar, pero lo único que vio fue la cama en la que había estado hacía un momento y una puerta a su lado, como suspendida en el aire. Todo lo demás era blanco, era como encontrarse en medio de la nada…La nada…entonces recordó algo.
- Ahora lo recuerdo- dijo- esta es la habitación del espacio y el tiempo, ¿verdad?.
- Eso es.
- ¿Y qué hacemos aquí?.
- Todo a su tiempo Gokuh. Ahora mira en la primera tinaja.
Gokuh se acercó a la tinaja situada más a la izquierda, acercó su cara al agua del interior y vio como en esta comenzaban a producirse ondulaciones y poco a poco se creaban unas imágenes. Se vio a él mismo en el ring del torneo de las artes marciales festejando una victoria, sonriente y con el pulgar hacia arriba, cuando de pronto un rayo atravesó su piel a la altura del hombro izquierdo, a pocos centímetros de su corazón.
- Recuerdo esto- dijo Gokuh.
- Calla- le instó Dios- y sigue mirando.
Gokuh volvió su vista al interior de la tinaja. Ahora se vio de nuevo pero ya en perfecto estado. Se acercó a alguien que estaba en el suelo. Era Piccolo. Vio el momento en que le pidió a Yajirobai una habichuela para él y como éste nada más tomarla saltó hacia atrás, mirándole totalmente estupefacto.
La visión cambió, ahora Dios se acercaba a Gokuh para pedirle que fuese su sustituto y éste sin tomarle enserio cogió a Chichi, la subió a la nube kinton y se marcharon de allí.
El agua se enturbió y las imágenes dejaron de aparecer.
- No pasa un día que no recuerde aquel momento- dijo Gokuh.
- Lo sé.
- Aun así, si me has traído aquí para que reconsidere mi respuesta, lo siento pero ésta sigue siendo no.
- Te he traído aquí Gokuh para que seas consciente de que todo acto tiene sus consecuencias.
- A lo largo de mi vida he tenido que tomar muchas decisiones Dios, lo sabes mejor que nadie, y soy consciente de que todas y cada una de estas decisiones han tenido un efecto de alguna u otra manera en el futuro, pero por eso mismo las he tomado.
- Tan solo te pido que esta vez veas con tus propios ojos las consecuencias que tendría el hecho de que rechaces mi propuesta de convertirte en el Dios de este mundo.
Gokuh miró directamente a los ojos de su amigo.
- Está bien, pero antes quiero que me expliques por qué hay alguien en mi casa, exactamente igual que yo, con mi familia.
- Claro, no hay problema. Abre la siguiente tinaja.
Gokuh resignado se dio la vuelta y miró en el interior de la siguiente tinaja, situada en el centro.
Vio a su mujer en la cocina, preparando algo de comida. Se la veía tranquila y feliz, ajena a todo lo que estaba ocurriéndole a él.
- ¿Esto de cuando es?- quiso saber Gokuh antes de seguir mirando.
- Es la tinaja del presente- se limitó a contestarle Dios.
Lo que se temía.
Volvió a mirar el agua de la tinaja, esta vez el protagonista era su hijo Gohan. Estaba sentado en su escritorio, lleno de libros, miraba distraído por la ventana mientras mordía su lápiz cuando alguien entró en escena. Era él, como no.
Hizo un ademán de dirigirse a Dios, pero éste le hizo un gesto para que siguiese mirando. Vio como su doble intentaba escaparse con su hijo para entrenarle y como su mujer los pillaba una y otra vez. ¿Cómo no se daban cuenta de que era un impostor?.
Se les veía tan felices.
Durante cerca de una hora le tuvo Dios mirando como aquél individuo convivía con su familia.
- Bien, ya puedes dejar de mirar Gokuh- le dijo Dios.
- ¿Qué significa todo esto Dios?. Dijiste que me explicarías que está sucediendo, pero lo único que has hecho es enseñarme lo poco que me conoce mi familia y como un simple impostor puede hacerse pasar por mí con total facilidad- Gokuh se encontraba mentalmente agotado, había tenido mucha paciencia, por estar tratando con Dios, pero necesitaba respuestas ya.
- ¿Un simple impostor?, ¿Eso es lo que piensas que es?.
- Bueno, hay que reconocer que lo hace bien, sería difícil darse cuenta que no soy yo- admitió Gokuh.
- Difícil no, imposible.
- ¿Quién es ese hombre Dios?- vale, ya no iba a permitirle que diese más vueltas al asunto. Quería respuestas YA.
- Ese hombre no es otro que tú mismo Gokuh.
~IcG~
[b]CONTINUARÁ