La película protagonizada por Sebastián Zurita se perfila como una sorpresa dentro del abanico de historias de la cinematografía nacional
CIUDAD DE MÉXICO.- La premisa suena espectacular: Se trata de una película con ángeles y demonios peleando entre sí en el aire y con armas brillantes. Con escenarios de Grecia, los Alpes Suizos, El Cairo y El Monte Sinaí. Y con cerca de 600 efectos visuales y especiales.
Pero lo mejor es que no se trata de una producción hollywoodense, sino de una mexicana. Se llama Ángel caído, opera prima de Arturo Anaya, la cual en estos momentos se encuentra en la fase de posproducción, para estar lista en octubre próximo.
¿La historia? Todo inicia cuando Liut (Sebastián Zurita), un niño solitario, vive atormentado por extrañas visiones de tiempos remotos, descubriendo que es un Sephyro, mitad ángel y mitad humano.
Los enviados de Luzbel intentarán atacarlo, será rescatado y comenzará un entrenamiento impartido por un ángel sabio (José Alonso) para poder combatir al mal físicamente.
La cinta cuenta además con 700 extras que intervienen en las batallas campales y se construyeron o utilizaron hasta 75 sets.
Van por todo
Arturo Anaya, director del filme presupuestado en 3 millones de dólares (cerca de 40 millones de pesos), explica: “Todavía no hacemos la cuenta total, pero llevamos 585 efectos visuales y especiales. Tenemos mapas que cobran vida, que explican cómo el personaje atraviesa Europa y Medio Oriente. También tendremos extensión de sets”.
Anaya enfatiza que “toda la película se hizo en locaciones del país, pero a través de la computadora hemos agregado montañas. Hay escenas hechas en Durango y de fondo agregamos los Alpes, se supone que es Italia, la gente no se dará cuenta de ello”.
Algunos adelantos de esta película, filmada en lugares como Aguascalientes y Coahuila, pueden verse en el sitio
www.elfindelmundoestacerca.com.mx.En el elenco del largometraje figuran Humberto Zurita, quien encarna a Caín, el primer aliado humano de Luzbel, y Laisha Wilkins, quien es Persefone, una joven universitaria que gusta pasar tiempo en la biblioteca.
Ángel caído es también un libro que ya va en su segunda edición, escrito por el mismo Anaya, tras agotar un tiraje de 15 mil ejemplares.
Para las coreografías de lucha se trabajaron con dobles de acción atados con arneses en el aire y Sebastián Zurita utilizó sus conocimientos de karate. “Son stunts (los dobles) que estaban en el circo ruso, se les verá que están en una batalla por el aire. Traerán armas de energía, brillantes, gracias a los efectos, cuando en realidad si las ves en vivo no son tan impresionantes”, dice Anaya.
“Lo de Sebastián (protagonista de la recién concluida novela En nombre del amor) estuvo más sencillo porque él es cinta negra, así que en cuestión de peleas no se complicó”.
Premio a la paciencia
La realización de esta cinta ha sido un trayecto de lento recorrido. Y es que Ángel caído prácticamente lleva cinco años tomando forma. “Fue en 2004 cuando se hizo la última revisión del guión y en 2005 arrancamos el casting. Me interesaba tener actores fuertes, pero también nuevos talentos”, señala el director de la película, quien agrega que “el rodaje se hizo una parte en 2006 y otra en 2007, este año tuve unas pequeñas partes contra green screen (para realizar los efectos especiales) y la posproducción ahí va”.
La música está corriendo a cargo de Luis Leñero, quien está dándole un toque de fantasía a los acordes: para las escenas del bien hay voces femeninas y para el mal, masculinas.
“Para que la gente se dé más o menos una idea, sería como algo de El señor de los anillos”, concluye Anaya quien a sus 29 años forma parte de la nueva camada de jóvenes directores mexicanos que buscan contar historias desde un enfoque alterno.
El dato
El largometraje es producido por Red Dragon Films y contó con los beneficios del artículo 226 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, que permite invertir, a cualquier persona, el 10 por ciento de su ISR para la ayuda de rodajes mexicanos.