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| Question X | |
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Autor | Mensaje |
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konan Ozaru Gold
Mensajes : 7302 NIvel de Ki : 0 Localización : Ningun lugar. Fecha de inscripción : 17/12/2009
| Tema: Re: Question X Mar Nov 29, 2011 5:35 am | |
| Capitulo 10
Bajo los poderosos rayos solares de la tarde, los pasos del cansado combatiente Shol Reck pueden oírse llegando al campamento. Luego de caminar en plena afonía entre varias tiendas, bajo las insultantes miradas de soldados que ahora saben su verdadera procedencia y poder, cayados y expectantes, con miradas que contienen una mezcla de sorpresa, envidia y desprecio, ingresa cabizbajo a la tienda médica, preparada para atender a los soldados luego de los combates. Dando un leve golpe a la tela que funciona de puerta, pasa sin decir siquiera “hola” a los médicos que observan asustados al hombre. El rumor ya se extendió por todo el campamento desde que se oyó al general Hoock decir aquello a sus soldados, las palabras “Un Sujeto X” aún resuenan en las cabezas de todos, no saben que pensar. Nadie movió un músculo para ayudar al joven, que levantando la cabeza nota lo que causa en las personas, que ahora lo ven como a un monstruo. Aún sin hablar, se limita a caminar hacia un gabinete en el que podrá encontrar lo que necesita, frente a él se encuentra un hombre bastante anciano, de baja estatura, que paralizado por el miedo no atina a moverse de en medio. Es necesario que un compañero lo quite del camino de Shol, que tampoco parece interesado en esquivarlo. Toma lo que necesita, y se dispone a colocarse un par de vendas en los brazos, sentado en una camilla, mientras algunos observan, y otros se retiran disimuladamente. Una voz lo distrae de su acción, una voz que lo llama por su nombre, Reck abre los ojos impresionado, parece reconocer ese tono de voz, levanta la cabeza rápidamente, un médico se asusta y tira algunos instrumentos de trabajo al suelo. Shol se queda observando fijamente la puerta de la tienda, la voz que parece conocer no concuerda con el aspecto de la dulce muchacha que acaba de ingresar. No tiene más de 20 años, vestida con ropajes médicos, una sonrisa pequeña, pero que llena el corazón del que la mira, un fino y largo cabello rubio que cae sobre sus hombros, una piel clara como un río, y unos ojos dorados como la arena del más puro desierto, está allí parada, y a pesar de su tierno y frágil aspecto, la muchacha más valiente de todo el campamento se ha atrevido a dirigir la palabra al ahora marginado Reck.
¿??: No… no lo estás haciendo bien ¿Puedo ayudarte?
Dice con una voz que nuevamente sacude el interior de Shol, que no entiende porqué escucha y percibe algo que conoce, pero ve algo nuevo. ¿Cómo algo tan dulce puede existir dos veces en un solo mundo? Esa voz, tan única como siempre la creyó, ahora parece pertenecer a alguien más.
Reck: No necesito ayuda, vete.
¿??: ... Lo siento… solo… solo quería ayudar.
Shol continúa con su labor, pero sin notarlo destroza los vendajes, sus nervios están descontrolados. La jovencita nota la frustración y el enojo en su rostro, y lentamente se acerca, parece no temer al poder del muchacho.
¿??: Solo… déjame…
Sin terminar su frase, dirige su mano a los vendajes, la mano del joven se mueve velozmente y frena el movimiento de la joven, que lleva su otra mano a su boca y levanta los hombros en señal de temor, lo cual Reck nota, y libera su antebrazo.
¿??: Uh… lo… lo siento.
Reck: Sólo… ayúdame, no se como hacer esto.
¿??: -Suelta una pequeña risa contenida- No te preocupes… déjamelo a mí.
Reck: Escúchenme panda de idiotas, quiero que abandonen esta tienda AHORA MISMO.
Ni un solo médico quedó dentro del lugar, solo la desconocida muchacha y el joven.
Reck: Siento haber hecho eso… espero no te incomode.
¿??: Para nada, sus miradas me estaban poniendo un poco nerviosa.
Reck: Muchas… muchas…
¿??: No hay de que.
Los vendajes están perfectos, uno de sus brazos está casi completamente vendado. La perfección de la tela desenvolviéndose suavemente junto a esos delicados dedos de dama, es impactante, su dominio de las manos es quirúrgico.
Reck: Tú no me temes.
¿??: ¿Por qué habría de hacerlo?
Reck parece quedar sin respuestas, pero su mirada dice todo, la joven frena un momento y lo observa a la cara, el muchacho se queda mirándola fijamente.
¿??: No tiene que ser una vergüenza para ti, es un don que se te ha brindado, es tu deber llevarlo con honra, y utilizarlo de la forma más justa posible para el hombre, y no en su contra.
La sorpresa de Shol no tiene antecedentes, las palabras que se forman con ese apacible sonido llegan directamente a sus más profundos sentimientos, parece estar en paz a pesar de la situación.
Reck: ¿Cómo… cómo sabes de mí? El resto parece muy desconcertado.
¿??: Oh, lo siento, no pude presentarme. Mi nombre es Jess Shiro, médica militar, me enviaron por mis conocimientos especializados en experimentos humanos.
Reck clavó su mirada en la jovencita, que notando su incomodidad, aclaró sus palabras.
Jess: Estúdio sus casos, nunca haría algo como eso, me parece una atrocidad por parte de los militares.
Reck: Y lo es.
Jess: Listos tus vendajes.
Una amplia y a la vez pequeña sonrisa se pudo ver en el rostro feliz de Jess. Reck observó la perfección en sus brazos, y bajando de la camilla se dispuso a marcharse.
Jess: Oye Shol… ¿puedo hacerte una pregunta?
Reck: Dime…
Jess: ¿Por qué estás aquí?
Reck: Supongo que podría hacerte exactamente la misma pregunta. Si tú te dispones a responder… lo haré también.
Jess: Yo… no…
Reck: Lo suponía.
El joven abrió una vez más la tela, y se marchó. Jess está pensativa, se sienta por un momento en la camilla, mirando el suelo, parece que la frase de Reck tuvo algún efecto que le recordó algo. Sacude la cabeza de repente, y corre hacia fuera en búsqueda del muchacho, pero no lo encuentra. La noche ya ha caído, los militares cenan en la gran tienda principal, la mesa de los médicos está como todos los días, exceptuando a una persona, que luce preocupada.
Jess: (¿Dónde esta Reck…?)
Reck se encuentra alejado de los murmullos provenientes de la tienda, acostado en la tierra reseca, con su traje puesto, observa las estrellas. Sus pensamientos lo llevan a un pasado lejano.
Un pequeño poblado. Se pueden ver niños jugando en las callecitas de tierra con palos, imitando espadachines de fantasía, correteando entre risas, tienen aproximadamente 5 años. Una jovencita se encuentra separada del grupo, dibujando en un pequeño cuaderno, flores hermosas con una calidad de dibujo impresionante pueden verse en el papel. Sus oscuros y grandes ojos no se desconcentran por un momento del lápiz, dedica todo su esfuerzo en cada trazo, y de vez en cuando se ve interrumpida por su cabellera negra como el cielo nocturno que cae sobre su frente obligándola a soplar hacia arriba para desviarlo de su vista. Es más pequeña que los demás, pero aparenta ser mayor. Unos niños de mayor estatura se acercan a ella.
Gobu: Hey Lucy… ¿Qué dibujas hoy?
Lucy: Oh… unas flores.
Responde con una amplia sonrisa, su voz es muy dulce, apacible, llenaría el corazón de cualquiera, las palabras que se forman con ella producen paz, pero el niño de antes no parece prestarle atención a esto, y toma su cuaderno.
Hihoru: Ya déjalo Gobu, deja de molestar a Lucy.
Gobu: ¿Tu vas a decirme que hacer, Hihoru?
Hihoru baja la cabeza sin responder, Gobu parece ser más grande y fuerte que él.
Gobu: Veamos… creo que me quedaré con éste, seguramente pueda servirme para hacer un buen barco de papel y lanzarlo al río.
Lucy: ¡Gobu no!
El niño arranca la hoja partiéndola al medio en el intento, y justo en ese momento, un fuerte golpe abre su mano haciendo caer el cuadernito.
¿??: ¡Deja a mi hermana oso idiota!
Gobu: ¿Qué vas a hacer en su defensa insecto?
¿??: ¡Ya veras!
El pequeño de muy menor estatura que su oponente intenta golpearlo con su palo, pero el grandote recibe el impacto con su brazo y tomando el tronquito lo arroja tan lejos como puede. Sin vacilar da un golpe que lanza al niñito por el suelo, nadie se atreve a acercarse a defenderlo, pero él se levanta en un segundo y vuelve a avanzar, el grandote lo lanza nuevamente al suelo de un golpe. La situación se repite junto al llanto de la pequeña Lucy, que impotente ve que no puede hacer nada.
Lucy: ¡Dejalo Gobu! ¡Deja a mi hermano!
El grandote niño patea en el suelo al golpeado chiquillo, que no suelta ni una lágrima aunque su cuerpo se ve bastante golpeado.
Hihoru: ¡Basta ya Gobu! ¡Es suficiente!
Tomando por un brazo a su amigo lo aleja del niño, Gobu cede y da media vuelta, pero antes de marcharse mira a la niña y suelta una risa al ver sus ojos llenos de lágrimas. Lucy corre a abrazar a su hermano.
Gobu: Eso les enseñará a no meterse conmigo, insectos.
¿??: Tú no te vas a ningún lado, gordo…
Gobu: ¿Qué?
Girando sorprendido, ve al niñito de pie, con su rostro golpeado, que aún busca pelear. Gobu: ¿Es que quieres matarte?
¿??: Iiiaaaah!
Corriendo a toda velocidad, agotando sus últimas fuerzas, el niño esquiva el golpe de Gobu, quedando a un lado de su rostro, listo para ser golpeado, pero no lo hace, concentra su posibilidad en abrir la otra mano del grandote, que con su pierna lo aleja de una patada tirándolo al piso.
Gobu: Y espero que ahora te quedes ahí…
Hihoru se lleva al abusivo niño, mientras el resto observan horrorizados al pobre niñito, que aún está en el suelo.
Lucy: ¡Hermano! ¡Hermano! ¡¿Estas bien?!
¿??: Tengo… tengo tu… flor, Lucy.
Abriendo la mano, el joven muestra el destrozado bollo de papel que le quitó de la mano a Gobu. Lucy deja caer aún más lágrimas que antes, y abraza a su hermano fuertemente.
Lucy: Gracias… Shol.
Pequeño Shol: Siempre te defenderé Lucy, lo prometo.
Los recuerdos parecen adelantarse en el tiempo, se ve al mismo poblado, Shol se levanta rápidamente de su cama, ahora parece tener una edad un poco más avanzada, alrededor de 8 años. Estruendos de disparos surgen entre las chozas, el jovencito despierta a Lucy, parecen conocer la situación en la que se encuentran, corren hacia la puerta, la abren, y ven en ese mismo instante como ingresan dos hombres uniformados a su hogar, gritando fuertemente y dando órdenes a sus padres. Shol puede ver por la rendija como apuntan con sus armas, y dando media vuelta tapa los oídos de su hermana mientras la aprieta contra su cuerpo. Los disparos surgen, y dos golpes secos se oyen en el suelo.
Shol rápidamente corre hacia la pared contraria y abre lo que parece una salida secreta, Lucy entra rápidamente, pero los soldados abren la puerta y toman a Reck junto antes de que pueda escapar.
Soldado1: Este es pequeño aún, servirá.
Soldado2: No parece haber nadie más.
Soldado1: Pero hay dos camas…
Soldado2: Este túnel es demasiado pequeño para mí… ya atraparán al otro cuando salga.
Shol: ¡Déjenme malditos!
Soldado1: ¡Cállate!
De un solo golpe duerme al pequeño Shol, que queda inconsciente. Un nuevo salto de tiempo dirige los pensamientos del muchacho a otra situación, otro lugar, parece subterráneo, instalaciones oscuras, celdas en las que pueden verse niños rapados, con trajes de presos, que son sacados de a grupos y llevados caminando en filas hacia unas extrañas habitaciones, con miradas vacías, sin esperanzas, callados. Son tratados como animales. Shol está entre ellos, puede ver como dos médicos con barbijos sacan en una camilla un bulto, y un pequeño bracito que cae por accidente a un lado bajo la sábana. Ingresan a un lugar lleno de artefactos eléctricos, y en una habitación continua, se puede ver a través de un vidrio una gran máquina apuntando a una única camilla en medio del lugar. Hombres vestidos con extraños trajes impermeables y máscaras de protección contra gases o algo similar manejan los aparatos, uno de ellos hace formar a los niños, que muy asustados observan todo. Uno de ellos no puede contener la orina y moja sus ropajes, un soldado rápidamente lo toma por el cuello y lo saca de la habitación. Uno a uno ingresan a la sala de la camilla, Shol está en medio, los extraños hombres interfieren su vista a la sala continua, pero puede oír cortos gritos que se ahogan de inmediato. Luego… su turno. Lo llevan de la mano lentamente, una puerta se abre automáticamente y se cierra detrás de él, dos hombres limpian el piso con grandes cantidades de agua que se cuela por unas rejillas a los lados de la camilla de metal. Levantándolo lo acuestan en la fría y metálica tabla con su rostro hacia abajo, ubicándolo en un hueco que lo deja ver hacia abajo. El último vistazo de Shol antes de que argollas férreas atrapen sus extremidades y su cuello por detrás, y una máscara de gas sea llevada a su rostro, e inevitablemente lo deje inconsciente, en medio de un grito. Algo trae a Reck a la realidad nuevamente.
Jess: Al fin te encuentro… no podía saber dónde te encontrabas, así que utilice el radar que los… que te ubica.
Reck: ¡Oh! Eh… ¿Qué es lo que quieres? Siento no haber sido mas agradecido, pero no me acostumbro a ello, así que voy a pedirte que no me sigas tanto.
Jess: Yo… solo… vengo a hablar contigo, quiero contarte porqué estoy aquí.
Reck: ¿Quién te…? oh, ya lo recuerdo. Hum… bien, supongo que un trato es un trato, te escucho.
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| | | Serlestial Poseído por Babidi
Mensajes : 3927 NIvel de Ki : 0 Edad : 38 Fecha de inscripción : 21/04/2011
| Tema: Re: Question X Mar Nov 29, 2011 9:57 pm | |
| 4 capitulos!!! basta manito! jajaja esperame un toque XDDDD | |
| | | konan Ozaru Gold
Mensajes : 7302 NIvel de Ki : 0 Localización : Ningun lugar. Fecha de inscripción : 17/12/2009
| Tema: Re: Question X Miér Nov 30, 2011 1:49 am | |
| xD estaba inspirado y no podia perder el momento... jajaja hasta que no los leas prometo no avanzar, pero apura! | |
| | | konan Ozaru Gold
Mensajes : 7302 NIvel de Ki : 0 Localización : Ningun lugar. Fecha de inscripción : 17/12/2009
| Tema: Re: Question X Lun Dic 05, 2011 5:33 am | |
| Capitulo 11
Jess esta nerviosa, el brillo de la luna choca contra sus rubios y temblorosos cabellos, mientras observa a Reck, que de algún extraño modo parece prestar atención a algo por primera vez en un muy largo tiempo.
Reck: Adelante.
Jess: Oh… bueno… esto…
El relato de la joven los transporta lentamente a un tiempo pasado, muy diferente al de Shol, la calma ronda en una gran mansión de paredes blancas y detalles en un turquesa muy claro que recorre las paredes con ondas talladas tan perfectamente que parecen flotar en los muros. Una verdadera obra de arte hecha hogar, con ventanales muy grandes que dejan pasar el sol. Ronda un aire de paz y tranquilidad, en la entrada principal, fuera de la mansión, se ve una gran fuente con esculturas de ángeles perfectos, dejando caer agua de sus vasijas impecablemente inmaculadas, y millones de flores organizadas de una hermosa manera, rodeando un jardín de fantasía, con caminos de piedra y un pasto tan verde y brillante que parece acariciar el viento a su paso. Una niña de no más de cinco años llega corriendo, feliz, riendo, con un pequeño vestido rosa con terminaciones en blanco, que llega hasta sus tobillos. Dos trenzas atadas por detrás toman su cabellera rubia como el sol. Es perseguida por una mujer sorprendentemente parecida a ella, con el mismo color de ojos y pelo, dorados. Ella también ríe, se las puede ver contentas a ambas, se desploman al suelo libremente, entre el colchón verde que detiene su caída suavemente, y abiertas de brazos observan las nubes que surcan el cielo.
¿??: Lindo día ¿No es así Jess?
Jess: ¡Si mami!
Madre: Hoy le pediré a Samantha que nos prepare algo delicioso para comer ¿Te parece? Y luego iremos a dormir juntas.
Jess: Pero… ¿papá no dormirá contigo?
La mujer dejó caer su amplia sonrisa poco a poco, la niña volteó la cabeza para ver a su madre, que aún observaba el cielo.
Madre: Hija… tu padre… él no vendrá hoy, quizás tampoco mañana, está trabajando muy duro con el ejército, y lo sabes.
Jess: Pero… pero él es médico ¿No se supone que debería curar personas?
Madre: Un médico… mejor dicho un científico médico, puede tener varias ocupaciones hija mía.
Jess: ¿Y qué es lo que hace papá en el ejército?
Madre: Esto… quizás… creo que… sería mejor no preguntárselo, lo mejor es que cuando llegue solo esté feliz con su familia, y nada más. Jess: Si mami…
Pasada la tarde, las dos señoritas están cenando en una gran mesa, iluminadas por infinidad de luces que cuelgan del techo, hablando sobre flores y diferentes temas adecuados a la pequeña Jess. De repente, se puede oír un coche llegar, las luces entran por los ventanales, y la pequeña salta de su silla, sabe que su padre ha llegado. Al salir al gran portón de entrada, la pequeña abre los brazos esperando el característico abrazo del hombre que está frente a ella, pero éste pasa a un lado dejándola con los brazos abiertos, sola, en las afueras de la mansión. El robusto hombre, de traje y chaleco, con un gran bigote y un peinado sumamente formal, ingresa con pasos firmes a su hogar, su mujer se alegra mucho de verlo, pero su rostro no cambia en ningún momento, manteniendo su dura postura durante el resto de la cena. La pequeña intenta dialogar con él, pero se muestra muy reacio a contestar cualquier pregunta de la jovencita. Más tarde, Jess está acostada en su habitación, a oscuras, solo la luz del pasillo ilumina su rostro por la pequeña abertura que su madre dejó con la puerta para que no tenga miedo. Aún así, el terror fluye por sus pensamientos, los tremendos gritos se pueden oír claramente a pesar de la distancia, la discusión entre el hombre y la mujer está en un punto muy elevado, el llanto de la dama puede oírse mezclado con furia e indignación. Jess no alcanza a oír de qué se trata todo, pero se nota que su padre está en una postura totalmente autoritaria, sin respetar la opinión de su esposa. Luego de aproximadamente una hora, el silencio ronda, Jess continúa despierta. De repente, la puerta se abre lentamente, una mano de mujer asoma.
Jess: ¡Mami!
La señora ingresa en total silencio, su rostro no puede verse, la luz le da en su espalda. Lentamente toma a la niña en sus brazos, y la abraza con todas sus fuerzas.
Madre: Jess… quiero que me escuches claramente. Sabes lo mucho que te quiero, sabes que siempre estaré contigo, quiero que nunca te olvides de quién eres, y nunca me olvides, porque tú eres mi razón de vivir, tu eres mis ojos, mi cielo. Sin ti, mi vida sería un total desperdicio. Quiero… quiero que sigas tus sueños, y te conviertas en la mejor médico que pueda existir, y solo utilices ese don para ayudar a otras personas. Nunca, nunca hagas daño a nadie, y por sobre todo, ama, siempre ama a los demás, y demuéstrales tu cariño.
Jess: Mami…
Madre: Jess… tienes que irte, Samantha, nuestra mucama, es la mejor persona que conozco, será… será como tu abuelita, y podrás contar con ella para lo que desees. Ella te cuidará, y te criará desde el día de hoy. Quiero que huyas, y jamás regreses aquí. Yo… yo seré tu ángel, te cuidaré día a día, nunca te abandonaré.
La mujer lleva lentamente a su hija a través de la mansión. Acurrucada en sus brazos, Jess aún no comprende lo que sucede, pero sabe que es la despedida. En el exterior, muy lejos de la mansión, Samantha espera con un coche, para no generar ruidos que adviertan a nadie. La dama llega con su hija, y la apoya en el suelo, arrodillándose a su lado.
Madre: Jess… tu apellido, será el mío a partir de éste día, así podrás recordarme cada día de tu vida. Nunca me olvides… yo no lo haré.
Las lágrimas cayeron de ambas, y se unieron en un abrazo que duraría por siempre en sus corazones, las luces del coche dejaron ver un moretón muy grande en el rostro de la mujer, que aún así… sonreía, como todos los días que pasó con la pequeña Jess. El coche se aleja lentamente, Samantha, secándose sus lágrimas, abraza a la niña que va a su lado, y a lo lejos, su madre se despide con su brazo, pero cae arrodillada en la tierra, tomándose su rostro con ambas manos.
Jess comienza a llorar, el relato tiene tanto detalle que Reck puede percatar que dura en su memoria como si pasara todos los días.
Reck: entonces… ¿Qué… que fue lo que…?
Jess: Descubrí la verdad años después… entré al ejercito para ayudar a todas las personas que pudiera en la guerra civil, soldados, y clandestinamente… heridos ciudadanos. Gracias al ejército, logré ingresar a la base de datos de muchos casos científicos, como el caso experimental de mi padre… El, fue uno de los desarrolladores del suero que inyectaron en tu cuerpo, y… fue obligado a utilizarme como sujeto de pruebas, ya que era una gran candidata a sobrevivir. Mi madre me salvó… y desapareció días después.
Reck: Eso… eso es, monstruoso… ¿Qué clase de padre haría eso?
Jess: No… no quisiera saberlo, olvidé todo sobre él, como si mi mente lo hubiera suprimido.
Reck: Entonces… cumpliste el deseo de tu madre, ayudas personas con tu don.
Jess: Aún no logro mi deseo… quiero… quiero salvar a las personas que sufrieron experimentos, quiero finalizar con las pruebas, y quiero aportar mi vida si es necesario para finalizar con esta era de sufrimiento y dolor. Solo así, podré hacer honor a mi madre…
Reck: Esto está decidido…
Jess: ¿Qu…que?
Reck: Serás mi nueva compañera de equipo. Me han estado pidiendo formar un equipo para llevar a cabo mis investigaciones, tú serás muy útil.
Jess: S…sería todo un honor.
Reck: Sólo voy a pedirte una cosa, cuando hables conmigo, que sea claro, sin titubeos, tienes todo el derecho a hablar conmigo de igual a igual, eres mejor que todos los de aquí, incluso eres mejor que yo.
Jess: E… ¡Está bien!
Reck: Bien… regresemos, fueron dos historias demasiado fuertes de recordar por hoy.
Jess: ¿Dos historias? Hablando de eso… nosotros teníamos un trato, quiero conocer porqué a pesar de ser un…
Reck: Un experimento.
Jess: Bueno… si, a pesar de ser un experimento sigues trabajando para el ejército.
Reck: Tienes razón… no lo sabes. Solo te diré, que el ejército me arrebató todo, mi familia, mi pueblo, mi vida, soy un monstruo. Lo único que aún tengo, o creo tener, es a mi hermana… ella no puede haber sido asesinada, logró escapar, y estoy buscándola. Para encontrarla, necesito de los privilegios de la milicia.
Jess: Tu… hermana. Entonces tienes sentimientos después de todo… jijiji.
Reck: No te acostumbres a esto.
Jess: No lo haré.
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| | | konan Ozaru Gold
Mensajes : 7302 NIvel de Ki : 0 Localización : Ningun lugar. Fecha de inscripción : 17/12/2009
| Tema: Re: Question X Mar Dic 13, 2011 12:04 pm | |
| Capitulo 12
Temprano por la mañana, los soldados terminan de hacer sus camas como lo marca su rutina diaria, y se dirigen al pabellón donde desayunan reunidos. Como todas las mañanas, Shol Reck sigue durmiendo profundamente en su pequeña tienda, el sol se cuela entre las aberturas de tela de la estructura, y un pequeño haz de luz logra incomodar al muchacho, golpeando su rostro. Cerrando un ojo por la molestia del destello, se levanta rascando su cabeza mientras deja escapar un largo bostezo. Sigue con sus pantalones puestos, así que solo toma una camisa limpia de un cajón de su precario y pequeño armario, y se dirige al comedor, caminando con tanta tranquilidad que dormiría a alguien si pasara a su lado. Al llegar, puede ver que solo quedan dos o tres soldados, que lo siguen con la mirada mientras toma café y un trozo de pastel y se sienta en la mesa más alejada que encuentra. Está concentrado en sus asuntos, con su actitud de siempre, despreocupado, sentado con los pies encima de la mesa, y reclinado en su silla hacia atrás, observa el techo, inmerso en sus pensamientos.
Jess: ¡Hola!
Los pelos de Reck se erizan por la sorpresa, rápidamente gira para encontrarse con su nueva compañera de equipo, que luce tan radiante como siempre, y viene a conversar con él.
Reck: Ah… hola.
Jess: ¿Cómo te has despertado?
Reck: ¿Eh?... Oh, bueno, bien… creo.
Jess: ¡Me alegro mucho por eso!
Dice la muchacha con una gran sonrisa.
Jess: Por cierto… lamento haber llorado ayer, te debo haber dejado una muy pobre imagen.
Reck: Para nada, no te preocupes, fue la primera vez desde hacía mucho tiempo que veo reacciones humanas en alguien. Solo que… me gusta estar solo.
Jess se sonrojó de inmediato, y bajo la mirada.
Jess: Oh, lo… lo siento, me voy ahora mismo.
Reck: Espero que no te enoje eso…
Jess: No… no… para nada.
Un poco cabizbaja, la muchacha se retira del lugar, sin demostrar ninguna clase de pena, Reck continúa con su café, y termina el último bocado de pastel. Solo queda un pequeño sorbo en la taza, Shol la inclina todo lo que puede para que el líquido caiga, pero nuevamente es repentinamente interrumpido.
Hoock: ¡Reck, levanta tu maldito trasero de ahí, es urgente!
Reck: Huf… diablos, ¿Es que uno no puede estar tranquilo en una base militar?
Hoock: ¡Deja los chistes para luego idiota!
Rápidamente se dirigen a la sala de reuniones de los altos mandos, donde lo recibe un general muy importante en la milicia.
Reck: Se para que me trajeron aquí… el mismo sermón de siempre, se que cometí un error, pero…
General Hifume: No estás aquí por ese motivo Reck. Tenemos un gran problema, y necesitamos de tu ayuda.
Reck: ¿El experimento va a salvarles el trasero nuevamente eh?
Hifume: Escúchame bien, una base militar del oeste está en grave peligro, parece que algo muy poderoso ha escapado de unas instalaciones cercanas, y necesitamos que lo detengas.
Reck: Con detenerlo se refiere a…?
Hoock: Lo matarás Reck.
Reck: No lo haré, jamás. Pídanselo a alguien tan idiota como ustedes.
Hifume: Si no lo haces… me veré obligado a revisar tus expedientes, y quizás encuentre algo que no debería ver, sería una pena tener que excluirte de la milicia… y del país.
El rostro de Shol cambió completamente, está en shock, Hifume es un ser frío y calculador, sabe muy bien como mover sus piezas, y ha dejado en jaque al muchacho.
Reck: … Lo haré.
Hoock: Partirás en unas horas, prepara lo necesario como para sobrevivir solo, quizás la base no exista cuando llegues.
Sin saber que esperar, Reck prepara todo, y en solo unas horas está listo para el viaje.
Jess: Shol, ahora soy parte de tu equipo…
Reck: No vendrás Jess, aún no eres de mi equipo, no he anunciado nada a los altos mandos, y no puedo llevarte a una muerte segura, serias solo una carga estando allí, te necesito viva.
Jess: E…está bien. El motor de la gran moto carmesí ruge con furia, y dejando una polvareda a su paso, parte con Shol Reck hacia la desconocida base oeste. Días más tarde…
Base Oeste parece haberse transformado en un campo de combate, los disparos surgen en todas direcciones, se pueden oír gritos, y hay zonas completamente incendiadas, pabellones chamuscados por las llamas, sangre, y cadáveres desparramados por todos lados, es una verdadera guerra.
Soldado1: ¿¡Donde mierda esta!?
Soldado2: ¡No logro ver nada! ¡Diablos! ¡Moriremos aquí!
Soldado1: ¡No moriremos, no moriremos, tienes que estar tranquilo! ¿¡Me oyes!?
Los soldados están tirados tras un muro de bolsas de arena que los protege, atrincherados y sin escapatoria, disparan hacia algo desconocido, que los acedia sin darles respiro.
Al grito de “¡Cúbreme!” el joven soldado deja de disparar, sus balas se han terminado, pegando su espalda contra las bolsas de arena, toma un cartucho y con un “¡Clack!” recarga rápidamente su fusil de asalto, está listo para volver a la acción, despega su cuerpo de los sacos y gira, pero se detiene a la mitad, paralizado de terror, al ver el cuerpo de su compañero en el suelo, solo con la mitad de la cabeza en su lugar, y un charco de sangre que se expande a cada segundo por el suelo.
Soldado1: ¡MALDITO HIJO DE PUTA!
Salta sin pensarlo dos veces la trinchera, y comienza a liberar todas y cada una de las balas que tiene contra la sombra que se puede ver a lo lejos, una silueta que parece vestir una larga gabardina y un sombrero de vaquero. Los compañeros del muchacho intentan hacerlo retroceder, pero es imposible, la furia y la tristeza lo han consumido, y corre desesperado en busca de venganza, con el arma en su mano, vibrando a cada segundo con las balas que salen despedidas a toda potencia, pero que no parecen causar nada en el individuo que se encuentra allí, parado con sus brazos a los costados de su cuerpo. En una milésima de segundo, se puede oír un terrible estruendo, y un silbido que se acerca al joven soldado, es el fin. Un fulgor rojo cruza la escena, deteniendo el disparo y salvando la vida del hombre, que se desploma en el suelo de rodillas. Una gran nube de polvo se levanta tras las ruedas que frenan a toda velocidad marcando un círculo negro en el suelo, del vehículo salta un personaje calmado, que cae arrodillado con una pierna y se levanta tranquilamente, con las manos en los bolsillos, observando fijamente a su oponente.
Reck: Así que tú eres el que está causando estos problemas… Dime, ¿Quién diablos eres?
Soldado3: P-pudo detener el disparo de Águila Negra.
Soldado4: ¿Q-quien diablos es ese tipo? El extraño vaquero se acerca caminando, su silueta puede verse ahora más claramente, tiene el pelo largo hasta los hombros, ojos completamente rojos como el infierno, una camisa desprendida, una gabardina y botas, el sombrero le da un aire oscuro, que solo permite ver sus ojos brillantes en su rostro. Está mordiendo una vara muy fina, parece un pasto seco.
Seth: Jeje…jejejejeje… esperaba que enviaran a uno como tú para detenerme, pero no lo esperaba tan pronto. Mi nombre es Seth, pero me apodan… el Águila Negra.
Reck: El Águila Negra, he oído de ti.
Seth: Y tu… ¿No vas a decirme tu nombre?
Reck: No necesitas saberlo, me conocen como “La Máquina de Combate”
Soldado4: ¡E-e-el es…! ¡Es Shol Reck! ¡La legendaria Máquina de Combate!
Seth deja ver bastante sus brillantes ojos, luce un poco más nervioso luego de haber escuchado ese sobrenombre.
Reck: ¿Qué pasa… tienes miedo?
Seth: Así que enviaron a La Máquina de Combate, dicen que asesinaste a 50 soldados en menos de un minuto con solo 15 años.
Reck: Cosas que dice la gente… quién sabe si será verdad.
Seth: Podré comprobarlo yo mismo.
Una pistola de cañón bastante largo cruje entre los dedos del Águila Negra, y se eleva hasta apuntar directamente al entrecejo de Shol, la pelea entre dos bestias parece estar a punto de comenzar. | |
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